Dentro de las costas bañadas por el Mediterráneo se distinguen:
El sector bético (del Peñón de Gibraltar al cabo de La Nao)
- Predominan las costas rectilíneas.
- Se alternan tramos de acantilados (Maro, Gata) donde las cordilleras del Sistema Bético discurren paralelas a la costa, y tramos de playas adosadas a depósitos fluvio-coluviales y a deltas de ríos de carácter torrencial (Vélez, Adra, Andarax), formadas por los abundantes aportes sedimentarios de estas cordilleras.
- Es frecuente encontrar campos de dunas, marismas mareales, albuferas en sectores deprimidos (Mar Menor, Torrevieja) y terrazas marinas.
El golfo de Valencia (desde el Cabo de La Nao hasta el Delta de l’Ebre)
- Predominan las costas rectilíneas.
- Tiene playas amplias y arenosas, formadas por los depósitos marinos y por los sedimentos del Sistema Ibérico, albuferas (Valencia, Pego-Oliva), tómbolos (Peñíscola) y los deltas originados por ríos poco caudalosos o de carácter torrencial (ramblas) con playas adosadas.

El litoral catalán (desde el Delta de l’Ebre hasta el Cap de Creus)
- Es una costa rectilínea, articulada hacia el final de la Costa Brava.
- Se encuentran playas adosadas a depósitos fluvio-coluviales y a deltas (Ebro, Llobregat, Besòs), que alternan con tramos acantilados donde el extremo de las Cordilleras Costeras llega hasta el mar (Costa Brava).

La costa balear
- Se alternan costas rectilíneas con otras recortadas.
- Predominan los acantilados en las áreas donde los relieves montañosos llegan hasta el mar (norte de Mallorca y Menorca), mientras que en el resto aparecen calas o amplias ensenadas (Pollença, Alcúdia, Sa Ràpita) que favorecen el desarrollo de amplias playas y cordones dunares, existiendo algunas albuferas.
