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Integración de la red española en la europea e internacional

El sistema urbano español no es cerrado, sino que sus áreas metropolitanas y ciudades se relacionan también con centros urbanos de otros países, tanto a nivel europeo como mundial, constituyendo una semiperiferia de los principales centros europeos, o un subcentro respecto de las grandes periferias mundiales. Es, por tanto, un subsistema del sistema mundial de ciudades.

La instalación de multinacionales ha provocado que las decisiones se tomen lejos, pero influyen igualmente en el crecimiento de las ciudades españolas. Esto se está acelerando en el contexto actual de globalización económica y desde nuestra entrada en la Unión Europea. Las áreas metropolitanas que tienen mayores flujos con otras europeas y mundiales son Madrid y Barcelona, y en menor medida las metrópolis regionales (Valencia, Sevilla, Bilbao y Málaga, entre otras) y los destinos turísticos por excelencia (Levante peninsular y los dos archipiélagos, entre otros).

Las mayores megalópolis europeas son Londres y París, y en torno a ellas se desarrollaría el eje de mayor desarrollo urbano y económico, englobando a ciudades holandesas, belgas, alemanas y francesas. De ahí surge una «Gran Dorsal Europea» o «Banana Azul», que constituye el eje industrial más dinámico y desarrollado de Europa. Abarca desde el sureste de Inglaterra hasta el noroeste de Italia, incluyendo megalópolis y áreas metropolitanas muy importantes, como Londres, París, Amsterdam, Bruselas, la conurbación Rin-Rhur, Frankfurt, Stuttgart, Munich y Milán. En ella viven casi 90 millones de habitantes y producen la mitad de la riqueza europea.

Imagen de la «Banana azul»
Wikimedia Commons. La «Banana Azul» (Dominio público)

Antes, el centro de gravedad era el norte de Europa, pero en las últimas décadas se está desplazando hacia el sur en beneficio del «Arco Mediterráneo». Esta es la segunda área en importancia, constituyendo el eje mediterráneo español el extremo occidental de este arco. Abarca desde el centro y norte de Italia, el sur de Francia y el este de España. Algunas fuentes bibliográficas también incluyen las grandes islas del Mediterráneo (Baleares, Córcega y Cerdeña). Se le denomina también el «Sunbelt», asemejándose al caso estadounidense. Por su parte, el «Eje Atlántico» se extiende desde Gran Bretaña a Portugal. Es decir, el área cantábrica y el sur de España se encuentran en las áreas extremas y periféricas del «Eje Atlántico» y el «Arco Mediterráneo», respectivamente, pero integradas en la red de ciudades europeas. Por otro lado, en la periferia urbana europea se encuentran los denominados «Sures».

El siguiente mapa interactivo muestra los principales ejes de desarrollo europeo y el área que abarcan, de forma aproximada y a modo ilustrativo, considerando lo señalado en las referencias utilizadas.

ign.es. Mapa de ejes de desarrollo europeo (CC BY 4.0)

Del mismo modo, las áreas urbanas europeas se integran en el sistema urbano mundial y presentan categorías diferenciadas en función de su rango, a su vez delimitado por su área de influencia. A nivel de grandes megalópolis internacionales aparecen Londres y París, siguiéndole a continuación, con un rango europeo, aunque también global, las aglomeraciones urbanas de Berlín, Moscú, Milán, Madrid, Roma y Barcelona. Madrid y Barcelona tienen conexiones con gran parte de los aeropuertos a nivel internacional.

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