¿Cómo surgieron las ciudades y cómo fueron evolucionando?
Ciudades de la Antigüedad
Las primeras ciudades surgen en las grandes civilizaciones, como Mesopotamia o Egipto, donde las localidades más pobladas ejercían de centros comerciales y artesanales y en las que se asentaban las fuerzas militares y se concentraba el poder establecido.
Mundo clásico Grecia y Roma
Las ciudades se organizaban con un plano ortogonal a partir de dos grandes vías: una de norte a sur llamada «cardo» y otra de este a oeste denominada «decumano», en cuya intersección se localizaba el «foro», centro de la vida de la ciudad.
En las proximidades del foro se ubicaban los principales edificios (termas, anfiteatro) y las viviendas de las principales familias. El perímetro estaba amurallado por cuestiones defensivas y disponía de puertas para el acceso a la ciudad a través de una importante red de calzadas que, junto a las rutas marítimas, mantenían cohesionado todo el Imperio. En la actualidad numerosas ciudades españolas conservan restos de este pasado romano. Algunos ejemplos significativos se pueden ver en Mérida, Tarragona, Cartagena, Segovia, León o Astorga.
Edad Media
Las ciudades cristianas, propias de la vertiente septentrional española, se caracterizaron por las funciones religiosa y defensiva. Se trataba de ciudades amuralladas, en las que las iglesias eran el elemento estructurador del trazado urbano, y en el que predominaban los planos radiocéntricos, en damero y lineales heredados de etapas anteriores. Un ejemplo de ello, es la ciudad amurallada de Ávila.
En la vertiente meridional de la Península Ibérica se localizaron las ciudades islámicas, caracterizadas por un plano urbano irregular y laberíntico, con calles estrechas que protegen las viviendas de la excesiva radiación solar durante los largos periodos estivales. Estas ciudades se estructuraban en dos partes: por un lado, un recinto amurallado en cuyo interior se localizaban los edificios principales (mezquita mayor, zoco y alcazaba), los baños públicos y las viviendas de las principales familias; y por otro, una serie de barrios, situados en el exterior del recinto amurallado, en los que se localizaba la mezquita menor. Estos barrios se denominaban arrabales y eran ocupados sobre todo por comerciantes y artesanos organizados por oficios.
Edad Moderna
La Edad Moderna se caracteriza por la transformación interna de las ciudades, predominando el trazado ortogonal en damero, cuyo centro estaba ocupado por la plaza mayor, alrededor de la cual se localizan las viviendas de los comerciantes y artesanos, que se agrupan por calles según el gremio al que pertenecen (plateros, traperos, toneleros, etc.).
Algunas ciudades se convierten en centros políticos debido a la presencia de la Corte (por ejemplo, Madrid o Valladolid) y se busca que la ciudad sea reflejo del poder de los monarcas europeos lo que se traduce en la monumentalidad de las construcciones que se acompañan de amplios jardines, fuentes monumentales y grandes plazas.
A continuación se muestra un visualizador interactivo del Madrid cervantino del siglo XVII sobre el plano de Pedro Texeira, en el que podemos descubrir zonas y puntos de interés navegando a través de la historia interactiva.
También algunas localidades portuarias especializadas en los intercambios a larga distancia (Sevilla, Bristol, Nápoles) adquirieron una notable importancia entre los siglos XVI y XVIII.
En el Barroco se produce un cambio radical en el modo de entender la ciudad, que se convierte ahora en la capital política del Estado. El absolutismo de los monarcas como Luis XIV en Francia o Carlos III en España, tiene su reflejo en el embellecimiento de las ciudades con un nuevo planteamiento de distribución de espacios. Se abren amplias avenidas, plazas, fuentes, jardines y se construyen edificios señoriales como palacios, hospitales, iglesias y ayuntamientos.
La ciudad preindustrial
Este término hace referencia a los núcleos urbanos existentes antes de las transformaciones derivadas de la revolución industrial que, en general, se corresponden con antiguos cascos urbanos, muchas veces amurallados, donde se concentra el poder político y jurisdiccional, pero fuertemente condicionados por el medio físico sobre el que se instalan. El final de la «ciudad preindustrial» está marcado por el desarrollo de los avances técnicos derivados de la revolución industrial (especialmente los relacionados con los medios de transporte) y los desplazamientos masivos de población del campo a la ciudad en busca de trabajo en la industria, que se convierte en la principal actividad urbana.
Ciudad industrial
La revolución industrial (iniciada en Inglaterra a fines del siglo XVIII y en el resto de Europa en el siglo XIX) supuso un crecimiento urbano sin precedentes (fenómeno de «explosión urbana»), dando lugar a la «ciudad industrial». La población se desplaza masivamente desde el campo para trabajar en las fábricas localizadas en las proximidades de las materias primas o en ubicaciones estratégicas respecto a las rutas de transporte. Junto a estas fábricas se generan barrios ocupados por trabajadores, que no disponen de tiempo ni recursos suficientes para poder vivir alejados de su puesto de trabajo y que se verán afectadas por problemas de contaminación derivados de la intensa actividad industrial. La necesidad de disponer de un elevado número de viviendas en poco tiempo para alojar a los trabajadores condicionó los procesos de construcción acelerados, dando lugar a una baja calidad de los edificios en las zonas destinadas a ser ocupadas por la clase obrera.
Del mismo modo, se requería disponer de suelo en las ciudades para alojar a la población procedente del campo. Esto fue determinante para la destrucción de las murallas defensivas que las ciudades habían heredado en épocas pasadas y que suponían un freno a la extensión de la ciudad. Surgen así nuevos barrios que son ocupados por diferentes estratos sociales. Por un lado, los barrios obreros (lugares degradados junto a las industrias), donde hay mayor contaminación y donde se concentran los trabajadores de las fábricas que no disponen de tiempo ni medios de transporte para desplazarse al puesto de trabajo. Por otro lado, los denominados barrios burgueses en los alrededores del antiguo núcleo, con un trazado ortogonal de las calles, amplias avenidas y con mejores servicios.
Al mismo tiempo, la preocupación por mejorar la calidad de vida en la ciudad, da lugar a la creación de barrios residenciales en los que los jardines y zonas verdes cobran gran importancia. Es la llamada «ciudad-jardín», localizada en los alrededores del núcleo central, pero lejos de las zonas de acumulación urbana, los problemas de contaminación, etc., y donde el suelo era más barato que en el centro. Con esta idea se planteó la Ciudad Lineal diseñada por Arturo Soria (1844-1920) en los alrededores de Madrid. Todo se organizaba a partir de una amplia calle principal que sirviese de eje de comunicación, en torno a la que se dispondrían unas pocas calles paralelas y otras perpendiculares que enlazasen las viviendas con el eje central. Las viviendas serían unifamiliares con un pequeño jardín que otorgase una mayor calidad de vida a sus habitantes. El diseño global planteaba la existencia de un tranvía o ferrocarril que sirviera de nexo de unión a toda la ciudad.
Ciudad del siglo XX y la ciudad posindustrial (siglo XX-XXI)
Los acontecimientos históricos del siglo XX condicionan el desarrollo urbano de los países europeos. Después de las guerras mundiales en las que participaron muchos de ellos, fue necesaria una reconstrucción rápida de las ciudades en las que el éxodo rural condicionó una importante demanda de viviendas.
A partir de la década de los setenta del siglo XX surge la llamada «ciudad posindustrial». Estas ciudades se caracterizan por un claro predominio del sector terciario y un rápido crecimiento de las zonas urbanas periféricas, acompañadas de la descentralización de las actividades productivas. Las mejoras tecnológicas y los avances en los transportes ayudan también a la consolidación de los polígonos industriales alejados de los núcleos urbanos centrales, así como la instalación de parques empresariales y tecnológicos conectados con las principales vías de comunicación. Estas mejoras en las redes de transporte contribuyen también al desplazamiento de la población hacia núcleos urbanos próximos donde la vivienda resulta más barata, dando lugar a «ciudades-dormitorio» con altas densidades de población. Por otra parte, las clases medias más acomodadas se desplazan a zonas periféricas en busca de una mayor calidad de vida y mayor contacto con la naturaleza, dando lugar al desarrollo de urbanizaciones con muy buenos servicios y baja densidad de población.
En la «ciudad posindustrial», debido a que el centro urbano tiende a una mayor especialización en las actividades terciarias, se peatonalizan muchas de sus calles. Se fomenta la protección del patrimonio histórico-artístico y se realizan tareas de rehabilitación en los centros históricos para hacerlos atractivos al turismo. Además, se llevan a cabo políticas de fomento del transporte público (tranvía, autobús) y se adapta la ciudad a la utilización de medios de transporte no contaminantes como por ejemplo la bicicleta (carril-bici).
Destacan las grandes superficies comerciales, centros de ocio, hospitales, etc., que se instalan en las zonas de equipamiento, donde el suelo resulta más barato, y que se encuentran muy bien comunicadas con la ciudad y con los barrios residenciales periféricos.
El crecimiento de las grandes ciudades origina aglomeraciones urbanas como áreas metropolitanas (destacan Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla) y conurbaciones (por ejemplo, Bilbao, Pamplona o Sevilla) donde lo que importa ya no son las distancias, sino los tiempos necesarios para desplazarse de un lugar a otro.
La exposición virtual del Instituto Geográfico Nacional sobre «Ciudades del mundo. Vistas. Planos» permite conocer cómo se han ido representado las ciudades en planos y mapas a lo largo de la historia.
Espacio urbanizado que integra una ciudad central y su periferia circundante, pudiendo incorporar otros municipios contiguos.
Conjunto de ciudades independientes que crecen espacialmente y se unen formando un continuo urbano mediante la unión física de sus periferias. Por ejemplo, en España se produce este fenómeno en las ciudades de Barcelona, Bilbao, Elda y Petrer, Granada, Madrid, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Valencia y Sevilla, que se unen físicamente a sus municipios vecinos.
División de una ciudad o pueblo con identidad propia. En las ciudades se delimitan con criterios administrativos. También se conoce como barrio a un área residencial de la ciudad que tiene características afines.
Plano en anillos concéntricos. Es el resultado del crecimiento urbano que se produce a partir de un punto (normalmente una plaza) en coronas sucesivas a modo de avenidas de circunvalación concéntricas, que se unen entre sí mediante calles o avenidas radiales.
Representación a escala de una población. Es el resultado de tres elementos: viario, manzanas y espacios vacíos. En el plano urbano se muestra la estructura vial y en numerosas ocasiones además los servicios de asistencia, de transporte, turísticos y otros elementos de interés general. Para su representación cartográfica se utilizan escalas grandes, entre 1:25.000 y 1:5000.
Fenómeno de rápido incremento de la población de las ciudades. En los países menos desarrollados, esta circunstancia suele provocar la creación de barrios que carecen de servicios básicos como luz o agua.
Zona más antigua de la ciudad en la que se encuentran las primeras construcciones y espacios públicos, relacionados con el origen de la localidad y las zonas en las que creció hasta la etapa del desarrollo industrial. Los cascos históricos, también llamados ciudades históricas, tienen un elevado valor histórico, artístico, cultural, social, identitario y turístico, por lo que están protegidos mediante leyes y normativas que aseguran su conservación.
También llamado plano en damero o en cuadrícula, es aquel en el que las calles se cruzan formando ángulos rectos. Es el resultado de la planificación.