Saltar la navegación

Las unidades interiores de la Meseta

Como resultado de la orogénesis alpina surgen estas unidades interiores, individualizadas en forma de cordilleras (Sistema Central y Montes de Toledo) o depresiones (Duero, Tajo-Guadiana).

Sistema Central

Está formado por una serie de sierras que se extienden a lo largo de cerca de 400 km de oeste (Serra da Estrela, Portugal) a este, con un ancho variable entre de entre 35 y 40 km. Se alternan entre las sierras, puertos o collados (Puerto de Béjar) que permiten la comunicación entre ambas submesetas.

En la parte española destacan, por ejemplo, las sierras de Gata, sierra de la Peña de Francia, sierra de Gredos, sierra de Guadarrama, Somosierra y sierra de Ayllón. De altitud variable, algunas de ellas superan los 1500 m, siendo el punto más alto el pico Almanzor (2591 m) en la sierra de Gredos.

Las rocas constituyentes son de la Era Primaria, paleozoicas, y entre ellas abundan los granitos, las pizarras, los gneis y otras de composición silícea en su parte occidental y materiales mesozoicos en la oriental (cuarcitas, pizarras duras). Las sierras se corresponden con bloques fragmentados del zócalo meseteño en un sistema de horst (bloques elevados) y graben (bloques hundidos originados por el plegamiento alpino). De su erosión destacan: los canchales, berrocales, etc. La diversidad de formas se corresponde con el modelado producido por el glaciarismo por encima de 1500 m, que ha dado lugar a circos, lagunas (como Peñalara), navas, tierras pantanosas, etc. Como resultado surgen relieves como La Pedriza de Manzanares.

Imagen de La Pedriza
Banco de imágenes y sonidos (INTEF). La Pedriza, Comunidad de Madrid (CC BY-NC-SA 3.0)

Montes de Toledo

Se trata de un conjunto montañoso que se extiende de oeste a este, dividiendo las cuencas del Tajo y el Guadiana en la Submeseta sur. Engloba varias sierras, como por ejemplo, sierra de la Calderina, sierra de las Guadalerzas, sierra de los Yébenes y sierra del Castañar, entre otras.

La cumbre más alta de este sistema montañoso es Rocigalgo (1449 m).

Su formación es similar a la del Sistema Central (materiales paleozoicos, hercinianos, afectados por el alpino), pero presenta mayor complejidad geológica. Abundan las pizarras y cuarcitas, duras y muy resistentes a la erosión. Presenta un modelado apalachense por erosión diferencial, con crestas de cuarcita o materiales duros alternando con depresiones. En los piedemontes se han acumulado depósitos de materiales de tamaño irregular, denominados rañas (cantos de cuarcita).

Imagen de los Montes de Toledo
Wikimedia Commons / Juan Manuel González Morales. Montes de Toledo, en Retuerta del Bullaque (CC BY-SA 3.0)

Depresiones y llanuras del interior de la Meseta (cuencas intraplaca)

Se trata de las cuencas del Duero (en la Submeseta norte) y el Tajo y el Guadiana (en la Submeseta sur, divididas por los Montes de Toledo, que en la parte oriental se abre a la llanura Manchega). La cuenca del Duero se encuentra a una mayor altitud, entre los 800 y 850 m, mientras en el sur desciende hasta los 500 y 700 m.

Deben su existencia al hundimiento del zócalo paleozoico y la elevación de los distintos sistemas montañosos que las bordean, cuya erosión produjo el progresivo relleno sedimentario (colmatación) de estas depresiones desde el Cenozoico. Son extensas planicies en cuyos horizontes se forman los páramos, costras de caliza en la superficie y de arcillas y margas abajo y que la erosión ha trabajado dando lugar a cuestas, cerros testigo u oteros y campiñas.

Imagen de llanuras del interior de la Meseta
Wikimedia Commons / Miguel Ángel Masegosa Martínez. Llanuras del interior de la Meseta. Los Montes de Toledo bajo la bruma (CC BY 2.5)

Para localizar geográficamente las cordilleras interiores de la Meseta consultamos el mapa de unidades del relieve inserto en el apartado «Las grandes unidades del relieve peninsular».

En general, se denomina así a un campo llano y extenso dedicado al cultivo. Pero en sentido estricto, en geomorfología se refiere a una zona baja característica de la submeseta norte, en la que la erosión de la cobertera caliza ha propiciado un relieve más suave sobre materiales blandos, como margas y arcillas, por debajo de la línea de páramos.

Elevación del terreno, aislada, en medio de una llanura, que destaca sobre su entorno. Se trata de un relieve residual, producto del desmantelamiento de una cuenca sedimentaria debido a la intensa erosión. La cima, bien horizontal o levemente inclinada, está formada por roca dura que protege a la base, de material más blando.

Elevación del terreno, aislada, en medio de una llanura, que destaca sobre su entorno. Se trata de un relieve residual, producto del desmantelamiento de una cuenca sedimentaria debido a la intensa erosión. La cima, bien horizontal o levemente inclinada, está formada por roca dura que protege a la base, de material más blando.

Depresión en forma de gran embudo situada normalmente en las áreas más elevadas de un macizo montañoso, rodeada de paredes abruptas, cuyo origen está ligado a la acumulación y abrasión producida por el hielo. En estos lugares, cuando se han retirado los hielos, suelen aparecer lagunas.

Conjunto de fenómenos relacionados con la formación y evolución del hielo, especialmente de los glaciares, y con las formas de relieve resultantes. El proceso erosivo asociado a los glaciares, característico del Cuaternario (últimos dos millones de años), genera valles muy abiertos (en forma de U). En España podemos encontrarlo en zonas de alta montaña.

Bloque geológico, delimitado por fallas, levantado respecto de los inmediatos. Debido a la erosión dicho bloque puede quedar arrasado, por lo que no siempre tiene una manifestación topográfica, geomorfológica.

Superficie más o menos elevada y horizontal, de suelo poco desarrollado, rocoso o pedregoso, pobre en vegetación. Suele estar coronada por un estrato calizo más resistente a la erosión. Asociado a la campiña, es característico de la Submeseta Norte.

Depósito detrítico constituido por bloques y cantos cuarcíticos más o menos redondeados, insertos en una matriz areno-arcillosa rojiza, adosado a un relieve montañoso. Su origen es fluvial.

Toma su nombre de la cordillera de Los Apalaches, en Estados Unidos. Se trata de un relieve herciniano arrasado por la erosión, reactivado por la orogenia alpina y finalmente sometido a un proceso de erosión diferencial. Encontramos ejemplos en la Cordillera Cantábrica, Montes de Toledo y Sierra Morena.

Son montañas formadas durante la orogénesis herciniana de la Era Primaria, que presentan formas suaves y redondeadas por ser materiales muy antiguos que han sufrido una continuada erosión. Sus materiales son metamórficos y muy fallados.

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)

Instituto Geográfico Nacional Asociación Española de Geografía Grupo de Trabajo Didáctica de la Geografía de la AGE Instituto Interuniversitario de Geografía. UA Atlas Didáctico del IGN

Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0) © Instituto Geográfico Nacional Atlas Didáctico del IGN Síguenos en: Facebook X Instagram Pinterest YouTube LinkedIn