La sequía se produce cuando ocurre un periodo largo de tiempo sin que se produzcan precipitaciones.
En el siguiente mapa interactivo observamos el mapa de seguimiento de la sequía, referido al año 2017. Navegamos por el mapa y consultamos la información asociada.
En muchos países, la construcción de embalses permite gestionar el agua para consumo humano por medio de su almacenamiento, aunque eso supone la alteración natural de las cuencas.
También, disponemos de agua por medio de la extracción de acuíferos. Sin embargo, cuando los periodos sin lluvia se alargan en el tiempo aparecen daños irreversibles.
En muchas zonas del mundo, sobre todo de climas áridos y semiáridos, la sequía provoca la muerte del ganado y la pérdida de los cultivos, lo que se traduce en migraciones de población hacia otros lugares, un problema derivado del cambio climático y escasamente valorado por el resto de la población mundial.
Reflexionamos
Observando el mapa de Seguimiento de la sequía en España mostrado en esta sección, respondemos razonadamente a estas cuestiones:
- ¿Qué elemento climático se está analizando en el mapa?
- ¿Cuáles pueden ser sus consecuencias más inmediatas?
- ¿Cuáles son las zonas con mayor riesgo?
- ¿A qué puede responder la situación que muestra el mapa en el norte de la Península en esta fecha?
Acumulación de agua producida por una construcción en el lecho de un cauce, quedando total o parcialmente cerrado.
- El mapa muestra el fenómeno climático de la sequía, entendiéndose como tal el déficit de agua que se produce durante un periodo de tiempo prolongado en un área determinada, debido a la escasez o ausencia de precipitaciones. En este caso hablamos de sequía meteorológica, mientras que cuando ello repercute en la escasez de recursos hídricos para atender a la demanda, hablamos de sequía hidrológica.
- Secuencias largas de sequía suponen un riesgo climático y provocan efectos negativos que se manifiestan en la escasez de recursos hídricos necesarios para satisfacer las demandas existentes (restricciones de agua para riego, para el ganado e incluso en áreas urbanas), así como en reducciones de cosechas y pérdida de rentabilidad agraria y ganadera.
- En general, en España, las sequías más frecuentes ocurren en el sudeste ibérico (Murcia, Almería, etc.) y suponen un riesgo elevado. Las sequías del cantábrico son poco habituales, pero de consecuencias importantes, ya que son áreas no acostumbradas a la escasez de lluvias (por ejemplo, Asturias, Cantabria, etc.).
- La situación con valores de emergencia en el norte peninsular se debe a la escasez pluviométrica de ese año hidrológico, que dio lugar a caudales de río bajos en esas cuencas. Estas zonas son muy sensibles a situaciones de estiaje.