Uno de los principales problemas del agua se produce como consecuencia de la sobreexplotación. Esta ocurre cuando las necesidades de la población están por encima de la cantidad de agua disponible, ya sean estas superficiales o subterráneas.
La sobreexplotación de las aguas superficiales lleva consigo la destrucción de ecosistemas, de ríos y lagos. Esta pérdida también se produce cuando se explotan las aguas subterráneas, disminuyendo los niveles acuíferos y, con ello, el caudal de fuentes y manantiales que dan lugar a ríos y lagos.
Cantidad de agua por unidad de tiempo que fluye por una corriente de un río o arroyo en un lugar determinado. Se mide generalmente en (m3/s) en las estaciones de aforo.