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Formaciones vegetales de la región macaronésica

En las islas Canarias crecen unas 500 especies de plantas endémicas. Con respecto a las formaciones vegetales destacamos:

Coníferas

En Canarias, a las coníferas les corresponde un 40 % de la superficie del archipiélago, repartida entre el pinar canario y el sabinar. Ambas especies no están repartidas por igual, sino que en el momento actual los pinares abundan en las grandes islas centrales, mientras que los sabinares se han reducido drásticamente, ocupando únicamente áreas con buenas condiciones climáticas para el aprovechamiento agrario.

Laurisilva

La laurisilva, formada por especies como el laurel y el viñátigo, se localiza en las zonas más húmedas de las islas y es propia del monteverde. Su dominio potencial se considera mucho más amplio que el actual (11 % frente a menos de un 2 % actual en Canarias) al corresponder a suelos profundos y fértiles para la agricultura.

Bosque termófilo

La palmera canaria, el drago y la sabina, entre otras especies, son propias del bosque termófilo, en las medianías insulares.

Matorrales

Los matorrales destacan por su singularidad y también por su extensión, tanto en su dominio potencial (47 %) como actual (36 %). Por encima de los 2000 m de altitud, en condiciones frías (islas de Tenerife y La Palma) hay que resaltar los matorrales de retama del Teide que incorporan el cedro canario en las zonas más bajas. Como etapa de sustitución de la laurisilva crece el fayal-brezal. Pero es el cardonal-tabaibal, matorral xerófilo, con especies como el cardón y la tabaiba dulce y amarga el que presenta un gran dominio potencial (44 %) en la banda costera de todas las islas.

Bosque de árboles con hojas perennes y coriáceas similares a las del laurel. Es propio de lugares húmedos en climas de tipo subtropical. Este tipo de bosque es una seña de identidad de las zonas húmedas de las islas Canarias.

Comunidad de matorral arborescente propia del bosque húmedo o monteverde de las islas Canarias. Está formada fundamentalmente por el brezo arbóreo (Erica arborea) y la faya (Myrica faya), que constituyen la etapa de sustitución de las zonas donde los bosques, como la laurisilva, han sido destruidos. También aparece en zonas de transición a los pinares.

Unidad territorial climática extensa, intermedia entre la zona y la región, que podría verse ocupada por una determinada comunidad biogeográfica salvo que se vea limitada y alterada por el ser humano u otra comunidad biogeográfica competitiva.

Relativo a plantas o formaciones vegetales adaptadas a la falta de humedad de los medios áridos, para lo que presentan raíces muy extendidas o profundas, hojas reducidas o transformadas en espinas, entre otros mecanismos. Ejemplos serían el palmito y el esparto o, en Canarias, el cardón.

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